Sin dudas, las aventuras del Coyote y el Correcaminos son uno de esos dibujos animados que quedarán en la mente de todos quienes los vieron, y varias generaciones más.
Una de las características de esta serie era la frustración que experimentaba el Coyote en cada capítulo, al no poder atrapara al correcaminos.
Pero ahora, todo tiene una explicación. El creador de estos dibujitos, Chuck Jones, puso 9 reglas para que se hicieran, y el cineasta Amos Posner las dio a conocer, aunque estas habían salido a la luz cuando Jones publicó su biografía, en el ‘99.
Estas son, y lo dicen todo:
1. El Correcaminos no puede dañar al Coyote excepto haciendo “bip-bip!”.
2. Ninguna fuerza externa puede dañar al coyote, sólo su propia ineptitud o el fallo de los productos de Acme.
3. El Coyote puede parar en cualquier momento, si no se convierte en un fanático. (“Un fanático es aquel que redobla su esfuerzo cuando ha olvidado su objetivo.”—George Santayana)
4. No puede haber ningún diálogo, excepto el “bip-bip!”.
5. El Correcaminos tiene que permanecer en el camino, si no, lógicamente, no se habría llamado “Correcaminos”.
6. Todas las acciones tienen que realizarse en el entorno natural de los dos personajes: el desierto del suroeste Norteamericano.
7. Todos los materiales, herramientas, armas, o artilugios mecánicos tienen que obtenerse de la Corporación Acme.
8. Siempre que sea posible, la gravedad debería ser el mayor enemigo del Coyote.
9. El Coyote será más humillado que dañado por sus fallos.