Chamacos, Cobain tenía todo lo que un cantante podría desear, éxito, fama, dinero y popularidad; sin embargo, el vocalista de Nirvana sufría depresión, una rara enfermedad de estómago y adicciones.
El 5 de abril de 1994, el vocalista de Nirvana se ‘suicidó’ de un disparo a la edad de 27 años. Tres días después encontraron su cadáver en su casa de Seattle. El rockero dejó una carta antes de terminar con su vida y poco tiempo después se dio a conocer su contenido.
Estaba dirigida a Boddah, su amigo imaginario de la infancia.
Para Boddah: Esta nota debería ser muy fácil de entender. (…) Ya hace demasiado tiempo que no me emociono ni escuchando ni creando música, ni tampoco escribiéndola, ni siquiera tocando rock. Me siento increíblemente culpable. Cuando se apagan las luces antes del concierto y se oyen los gritos del público, a mí no me afectan como afectaban a Freddie Mercury, a quien parecía encantarle que el público le amase y adorase. Eso lo admiro y envidio muchísimo. No los puedo engañar, a ninguno de ustedes. No sería justo ni para mí. Simular que lo estoy pasando el 100 % bien, sería el peor crimen que me pudiese imaginar. A veces tengo la sensación de que tendría que marcar tarjeta antes de subir al escenario. Lo he intentado todo para que eso no ocurriese. (Y sigo intentándolo, créeme, Señor, pero no es suficiente). Soy consciente de que yo, nosotros, hemos influido y gustado a mucha gente. Debo ser uno de aquellos narcisistas que solo aprecian las cosas cuando ya han ocurrido. Soy demasiado sencillo. Necesito estar un poco anestesiado para recuperar el entusiasmo que tenía cuando era un niño. En nuestras tres últimas giras aprecié mucho más a toda la gente que conocí personalmente, fans nuestros, pero a pesar de ello no puedo superar la frustración, la culpa y la hipersensibilidad hacia la gente. Solo hay bien en mí, y pienso que simplemente amo demasiado a la gente. Tanto, que eso me hace sentir jodidamente triste. (…) ¡Dios mío! ¿Por qué no puedo disfrutar? ¡No lo sé! Tengo una mujer divina, llena de ambición y comprensión, y una hija que me recuerda mucho cómo había sido yo. Llena de amor y alegría, confía en todo el mundo porque para ella todo el mundo es bueno y cree que no le harán daño. Eso me asusta tanto que casi me inmoviliza. No puedo soportar la idea de que Frances se convierta en una rockera siniestra, miserable y autodestructiva como en lo que me he convertido yo. Lo tengo todo, todo. Y lo aprecio, pero desde los siete años odio a la gente en general… Solo porque parece que a la gente le resulta fácil relacionarse y ser comprensiva. ¡Comprensiva! Solo porque amo y me compadezco demasiado de la gente. Gracias a todos desde lo más profundo de mi estómago nauseabundo por sus cartas y su interés durante los últimos años. Soy una criatura voluble y lunática. Se me ha acabado la pasión, y recuerden que es mejor quemarse, que desvanecerse de a poco. Paz, amor y comprensión. Kurt Cobain. Frances y Courtney, estaré en su altar. Por favor, Courtney, sigue adelante por Frances, por su vida que será mucho más feliz sin mí. Las amo. ¡Las amo!”.
Esta foto fue estudiada por un grafólogo que se aseguró de que la letra en esa carta era la suya.